lunes, 16 de diciembre de 2013

ARTE EN LA EDAD CONTEMPORÁNEA


El arte contemporáneo, en sentido literal, es el que se ha producido en nuestra época: el arte actual. No obstante, el hecho de que la fijación del concepto se hizo históricamente en un determinado momento, el paso del tiempo le hace alejarse cada vez más en el pasado del espectador contemporáneo.
El concepto de la contemporaneidad aplicado al arte puede ubicarse cronológicamente con distintos criterios:
Con un criterio extenso, incluye el arte de toda la Edad Contemporánea (que comienza a finales del siglo XVIII)
Con criterios sucesivamente cada vez más limitados, incluye únicamente:
El arte del siglo XX (caracterizado por las vanguardias artísticas).
El arte del mundo actual, que en el momento que se definió como término historiográfico se entendía era el posterior a la Segunda Guerra Mundial -1945- (la mayor parte de los museos de arte suelen denominar "arte contemporáneo a las colecciones de ese período);
El arte surgido en la historia inmediata del más cercano presente, tomando como hito histórico, por ejemplo, la caída del muro de Berlín (1989) o el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York (2001).
Para mayor confusión, el concepto de Arte moderno no se aplica al Arte de la Edad Moderna (siglos XV al XVIII), sino a nuestro arte contemporáneo, porque se aplica no con un criterio cronológico (periodización), sino estético, definido por su ruptura con el academicismo y por su adecuación a renovadas y provocativas teorías del arte

Lo mismo ocurre con los conceptos de moderno y contemporáneo aplicados a cada una de las bellas artes (especialmente de las artes visuales: arquitectura moderna, arquitectura contemporánea, pintura moderna y pintura contemporánea, escultura moderna o escultura contemporánea); o con el menos usado concepto de arte postmoderno.

NEOCLASICISMO:
El arte neoclásico llega motivado por la nueva atracción que despierta el mundo clásico, el interés surgido por la arqueología, las excavaciones de Herculano y Pompeya y el rechazo hacia las formas del barroco.
Se llama Neoclásico al estilo artístico que se desarrolló, fundamentalmente en Europa y Estados Unidos, durante la segunda mitad del siglo XVIII y las dos primeras décadas del siglo XIX.
Se inspiró en los modelos de la Antigüedad clásica de Grecia y Roma. Influyó decisivamente en ello el hallazgo de las ruinas arqueológicas de  Herculano (1719) y Pompeya (1748), antiguas ciudades romanas.
Surgió como una reacción al estilo imperante hasta el momento, el Rococó (barroco tardío) al que criticó sus excesos decorativos.
El principal foco de producción neoclásica fue Francia, donde la Ilustración, identificada con este estilo, tuvo gran relieve. Tras la Revolución Francesa, Napoleón alentó el denominado  “Estilo Imperio”, una evolución del Neoclásico.
La búsqueda del ideal de belleza, la razón, la sobriedad y la funcionalidad, junto con el empleo de elementos clásicos (columnas, frontones, cúpulas, etc.) fueron difundidas a través de las Academias de Bellas Artes y los museos.

ROMANTISISMO:
Movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido (Gran Bretaña e Irlanda del norte) a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable.

La principal característica de este estilo es que vuelve a utilizar las antiguas formas  góticas. Ejemplo de esta característica lo muestran las diferentes edificaciones que se  erigieron con este estilo arquitectónico, entre las cuales se destacan notoriamente:
 • La restauración de la catedral de Colina, en Alemania.
 • El Castillo de Neushwanstein.
 • La iglesia Vitiva, en Viena.
 • La Abadía de Meredsous en Bélgica.
 • Las iglesias de Lourdes y de Nuestra Señora de Chiquinquirá.
 • La Catedral de La Plata.
 • La Iglesia de Coronado.
 • El Parlamento de Budapest.
 • La Con-catedral de San Sebastián.

Realismo:
El arte realista puede definirse, en cuanto a su contenido, como el que representa los temas "de acuerdo con reglas seculares y empíricas" de modo que tales temas sean "explicables en términos de causas naturales, sin recurso a intervención sobrenatural o divina"; considerando la existencia de una realidad objetiva en tercera persona, sin embellecimiento o interpretación (como hacen los enfoques idealistas del arte: el idealismo artístico, concepto con el que se contrapone).
Tal aproximación implica inherente mente una creencia de que tal realidad es ontológica mente independiente de los esquemas conceptuales del hombre, de sus prácticas lingüísticas y creencias, y que puede ser conocido (o conocible) por el artista, que puede a su vez representar fielmente esa realidad. Según Ian Watt el realismo moderno "comienza con la posición de que la verdad puede ser descubierta por el individuo a través de los sentidos" que "tiene sus orígenes en Descartes y Locke, y recibe su primera formulación con Thomas Reíd a mediados del siglo XVIII."
El realismo en las artes tiende a representar personajes, situaciones y objetos de la vida cotidiana de forma verosímil. Tiende a descartar los temas heroicos (tan caros al clasicismo, que los representa con una perspectiva idealista) en favor de temas más neutros, pegados a la tierra. En la definición que del esperpento hace su creador, el dramaturgo español Ramón de Valle Inclán, se comparan, o poniéndola a la suya (que identifica con la de Goya, Quevedo o Cervantes), las dos perspectivas que han dominado la historia de la literatura y de las artes plásticas: la que hace al espectador admirar de rodillas a los héroes homéricos y la que le pone a los personajes a su nivel, en los dramas de Shakespeare.

IMPRESIONISMO:
Aunque el término Impresionismo se aplica en diferentes artes como la música y la literatura, su vertiente más conocida, y aquella que fue la precursora, es la pintura. El movimiento plástico impresionista se desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo XIX en Europa —principalmente en Francia— caracterizado, a grandes rasgos, por el intento de plasmar la luz (la «impresión» visual) y el instante, sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Es decir, si sus antecesores pintaban formas con identidad, los impresionistas pintaban el momento de luz, más allá de las formas que subyacen bajo este. El movimiento fue bautizado por la crítica como impresionismo con ironía y escepticismo respecto al cuadro de Monet Impresión: sol naciente. Siendo diametralmente opuesto a lapintura metafísica, su importancia es clave en el desarrollo del arte posterior, especialmente del postimpresionismo y las vanguardias.


SIMBOLISMO:
El Simbolismo fue uno de los movimientos artísticos más importantes de finales del siglo XIX, originado en Francia y en Bélgica. En un manifiesto literario, publicado en 1886, Jean Moréasdefinió este nuevo estilo como «enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad y la descripción objetiva». Para los simbolistas, el mundo es un misterio por descifrar, y el poeta debe para ello trazar las correspondencias ocultas que unen los objetos sensibles (por ejemplo, Rimbaud establece una correspondencia entre las vocales y los colores en su sonetoVocales). Para ello es esencial el uso de la sinestesia.
El movimiento tiene sus orígenes en Las flores del mal, libro emblema de Charles Baudelaire. El escritor Edgar Allan Poe, a quien Baudelaire apreciaba en gran medida, influyó también decisivamente en el movimiento, proporcionándole la mayoría de imágenes y figuras literarias que utilizaría. La estética del Simbolismo fue desarrollada por Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine en la década de 1870. Para 1880, el movimiento había atraído toda una generación de jóvenes escritores cansados de los movimientos realistas.

NEOIMPRESIONISMO:
Neo-impresionismo es una palabra creada por el crítico de arte francés Félix Fénéon en 1887 para caracterizar el movimiento artístico de fines del siglo XIX liderado por Georges Seurat y Paul Signac, quienes primero exhibieron sus trabajos en 1884 en la muestra de la Société des Artistes Indépendants en París. El término de Fénéon señalaba que las raíces de estos desarrollos se situaban en las artes visuales del Impresionismo, pero se ofrecía, a su vez, una nueva lectura del color y la línea en la práctica de Seurat y Signac, y el trasfondo teórico de los escritos de Chevreul y Charles Blanc.
Los impresionistas usan en su paleta colores puros, bajo ningún concepto admiten una mezcla en la paleta, salvo la mezcla de colores vecinos en el círculo, estos, matizados entre sí, y aclarados con el blanco, engendra la multiplicidad de los colores del prisma y todas sus graduaciones. Merced al empleo de trazos aislados de pincel -cuyo tamaño mantiene una correcta proporción con el tamaño de todo el cuadro-, los colores se mezclan en el ojo del espectador, si este se coloca a la debida distancia. No hay otro medio para detener satisfactoriamente el juego y el choque de elementos contrastantes: la justa cantidad de rojo, por ejemplo, que se encuentra en la sombre de un verde, o el efecto de una luz naranja sobre un color local azul o bien, a la inversa, el de una sombra azul sobre un color local anaranjado. Si estos elementos se combinan de otra manera, y no por mezcla óptica, lo que se obtiene es un color sucio.
El objeto de la descomposición de los colores es conferir al color el mayor esplendor posible, crear en el ojo -mediante la mezcla de las partículas de color yuxtapuestas- una luz coloreada, el brillo de la luz y los colores de la naturaleza. De esta fuente de toda belleza, tornamos nosotros las partes fundamentales de nuestras obras, pero el artista debe seleccionar esos elementos. Un cuadro de líneas, y colores, compuesto por un artista genuino, representa una plasmación más mediata que la copia de la naturaleza tal y como nos la ofrece la casualidad. la técnica de descomposición de los colores asegura precisamente a la otra, una armonía cabal -divina proportione-, merced a la correcta distribución y exacto equilibrio de aquellos elementos, y según las reglas del efecto de contraste, gradación e irradiación. Los neo impresionistas aplican estas reglas -que los impresionistas solo observaron aquí y allá y por instinto- en la forma más constante y estricta. Los neo impresionistas no atribuyen importancia a la forma de la pincelada, puesto que no les sirve como medio expresivo del modelado, del sentimiento o de la imitación de la forma de un objeto. Para ellos, la pincelada no es más que una de las innumerables partes que, en conjunto, componen el cuadro; un elemento que desempeña el mismo papel que la nota en una sinfonía. Sensaciones tristes o jubilosas, estados de ánimo apacibles o agitados no se expresan ya a través del virtuosismo de la pincelada, sino mediante la correlación de líneas, colores y tonos. El arte de los coloristas está evidentemente asociado, en cierto sentido, tanto con la matemática como con la música. Frente a una tela todavía intacta, el pintor debería determinar ante todo cuáles son los efectos de líneas y superficies que la cruzan, cuáles los colores y tonos que deberían cubrirla. La descomposición de los colores es un sistema que busca armonía, es más una estética que una técnica.

POST-IMPRESIONISMO:
El post-impresionismo era tanto una extensión del impresionismo como un rechazo a sus limitaciones. Los post-impresionistas continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura.
Aunque a menudo exponían juntos, no se trataba de un movimiento cohesionado. Trabajan en áreas geográficas distantes entre sí, van Gogh en Arlés, Cézanne en Aix-en-Provence.
Sus formas más exageradas y el uso del color, estructura y líneas prepararon el terreno para los estilos que seguirían más adelante del siglo XX, como el fauvismo o el cubismo.
El crítico de arte y pintor Robert Fry fue el primero en el utilizar el término "postimpresionismo" cuando en 1910 organizó una exposición en las Grafton Galleries de Londres titulada Manet and the Post-Impresionistas, en la que los protagonistas más destacados fueron Cézanne, Gauguin y Van Gogh, por entonces ya todos ellos fallecidos.
Con el postimpresionismo se creó un nuevo tipo de artista, el genio individual que vive de su arte, la personalidad creadora que plasma su psicología en el cuadro, gracias a su trazo singular, al color personal, y a la recuperación de las formas y las estructuras, pero con una nueva lectura. El color se hace representativo y subjetivo, no objetivo. Se representa el color con que se ve el alma de las cosas. La realidad se interpreta según la visión personal del genio creador. Los pintores huyen de París buscando el primitivismo del arte, aunque esta ciudad sigue siendo el centro del arte mundial. Estos nuevos impresionistas tienen una visión particular de su pintura, que les aleja del impresionismo clásico.
Casi todos estos autores serán, durante un tiempo, impresionistas, pero lo superarán dando soluciones personales. Muchos de ellos están en el origen de las vanguardias históricas.

MODERNISMO:
Es el término con el que se designa a una corriente de renovación artística desarrollada a finales del siglo xix y principios del xx, durante el periodo denominado fin de siècle ybelle époque.
Las características que en general permiten reconocer al modernismo son:
Inspiración en la naturaleza y el uso profuso de elementos de origen natural pero con preferencia en los vegetales y las formas redondeadas de tipo orgánico entrelazándose con el motivo central.
Uso de la línea curva y la asimetría; tanto en las plantas y alzados de los edificios como en la decoración.
Tendencia a la estilización de los motivos, siendo menos frecuente su representación estrictamente realista.
Uso de imágenes femeninas en actitudes delicadas y gráciles, con un aprovechamiento generoso de las ondas en los cabellos y los pliegues de las vestimentas (drapeado).
Actitud tendente a la sensualidad y a la complacencia de los sentidos, llegando hasta el erotismo en algunos casos.
Libertad en el uso de motivos de tipo exótico, sean éstos de pura fantasía o con inspiración en distintas culturas, como por ejemplo el uso de estampas japonesas.
Aplicación envolvente del motivo tomando alguna de las características anteriormente mencionadas en contraposición con las características habituales del elemento a decorar. El elemento destacado de tipo orgánico envuelve o se une con el elemento que decora.


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